Pablo Fuentes

Hoy en día, Yo, más " retirado" que envuelto en una gran carrera artística y experimental, a mis 27 años me dispongo a comenzar nuevamente, me dispongo a reinventar todo aquello que acumulé durante tantos años cuando era pequeño , dibujando y creando, a mi propia manera.
Esto último es tremendamente importante porque te permite tomar tus propios caminos y ser un completo ignorante en los que ya existen, en los ya estipulados, en los que salen en los libros de Historia y todo eso que te sale en las preguntas de exámenes. Hoy puedo hablar con mucha más certeza y sin problemas que cuando tenia una sed por completar la biblioteca, que comenzaba en Mesopotamia hasta la Documenta de Kassel. Simplemente miré el libro de Historia y lo arrojé a la basura. Tenía otro por ahí de filosofía, y también fue a parar a la basura. Unos cuantos fueron a parar a la basura, junto con bastantes otros artilugios que llenaban hasta entonces una extraña necesidad por tener y utilizar en algún momento, como documento, como cultura...como algo que uno debe tener para aprender.
Pero lo mejor de todo es que ha sido en un estado de tremenda tranquilidad.
He podido cuestionarme retirándome de lo que más me gustaba, como la talla de madera o piedra. En su lugar, he visto los usos que tienen los mismos materiales en otras facetas de la vida, quiero decir, que prefiero ser carpintero o paleta. Tengo la certeza de que la vida te toca mucho más de cerca y que, de otra manera, si no eres escultor, puedes destinar ese tiempo a observar la maravilla de la madera en su estado espontáneo y vivo, cogido a la tierra y brotando por montones los frutos que comeremos después.
La pintura es dibujo y escultura. Allí particularmente descargo a destajo el verde en sus amplios colores... el rojo en sus amplios matices y llevo a cabo todo lo que entiendo y he OBSERVADO de ellos cada día. Es interesante reunir colores geométricamente y que finalmente, luego de unos 3 meses, se descubra una estructura libre en el aire pictórico. Sin embargo, apuesto a que cada vez, cada pincelada parecerá cada vez más un árbol, una muralla, una piedra...como un paisaje en donde sus componentes están allí y se pueden distinguir, hablando de lo que he visto y no de lo que me apetece inventar.
En esta última obra realizada en el Guandu Nature Park, Taipei, Taiwán; pude llevar a la práctica todo aquello que había tenido acumulado durante tanto tiempo. Gracias!!, finalmente digo, porque he comenzado bien y he podido transplantar el bambú sin que este muriera, y hacer que este crezca y continúe creciendo , modificando lo menos posible su apariencia utilizando aquellos materiales que amo, los de la naturaleza, de una manera más convincente.

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